Cuando nos realizamos una analítica sanguínea, podemos encontrar múltiples parámetros que nos hablan acerca de nuestra condición de salud, y uno de los más conocidos son los llamados triglicéridos, un tipo de grasa que se encuentra en la sangre y cuya acumulación excesiva podría dar lugar a graves consecuencias, entre ellas la enfermedad de las arterias coronarias y otras patologías como las que aquí te contamos.
¿Qué son los triglicéridos?
Como hemos dicho, los triglicéridos corresponden a un tipo de grasa que se encuentra en la sangre y que viaja a lo largo de nuestro organismo, el cual, luego de digerir los alimentos, procesa las grasas presentes en ellos, liberando triglicéridos en el torrente sanguíneo y transportándolos para brindar energía o para almacenarlos como grasa.
¿Cuáles son los valores altos de triglicéridos?
Un recuento normal de triglicéridos debe arrojar como resultado menos de 150 mg/dl, mientras que un límite alto se considera entre 150 y190 mg/dl. Si los valores se hallan entre los 200 y 499 mg/dl, podemos hablar de unos niveles de triglicéridos altos, y si sobrepasa los 500 mg/dl, hablamos de niveles exageradamente elevados.
Cuando nos referimos a un recuento de triglicéridos altos, también hablamos de hipertrigliceridemia, una condición que consiste en un incremento anormal del nivel de triglicéridos en la sangre. Es recomendable mantener estos valores por debajo de los 150 mg/dl, ya que niveles demasiado altos de esa grasa podrían traer como consecuencia un aumento del riesgo de padecer enfermedades de tipo cardiovascular y pancreatitis.
¿Qué enfermedades pueden desencadenar los triglicéridos altos?
Si la hipertrigliceridemia se mantiene durante un tiempo prolongado, pueden aparecer enfermedades o trastornos en el hígado, el bazo y el páncreas, además de producirse depósitos de grasa en la piel, que pueden conducir a ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
En caso de presentar un recuento de triglicéridos altos, es importante acudir al médico para diagnosticar la causa y aplicar el tratamiento adecuado, a fin de evitar mayores inconvenientes que puedan disminuir nuestra salud.